Andrés RodríguezAún recuerdo ese día, un 18 de julio de 2019. Recuerdo perfectamente que estaba en Cuernavaca, cuando leí la noticia: Un hombre entró e incendió el estudio de animación japonés Kyoto Animation. En ese tiempo, no me podría considerar otaku; apenas había visto Your Name, pero como estudiante de la animación me impactó muchísimo. La huella que dejó este incidente quedará en la memoria de la animación japonesa para siempre.
Lo que pasó en ese día es un recuerdo de lo frágil y finita que es la vida. El día de hoy, a 6 años de ese incidente, KyoAni está más presente en mi vida. Series como La Melancolía de Haruhi Suzumiya, K-On!, Miss Kobayashi’s Dragon Maid, Violet Evergarden y la que es para mí la mejor serie de todas, Hibike! Euphonium. Kyoto Animation entiende perfectamente la esencia de la animación: Es una herramienta para dar a conocer nuestra voz. Y lo hacen con una total honestidad, que a pesar de no conocer a nadie en el estudio, tú y yo sabemos la verdad de esta oración.
Las palabras y los gestos de todos los fans alrededor del mundo probablemente no puedan sanar la herida que dejó este atentado, las familias que perdieron a sus seres queridos, a compañeros de trabajo que no podrán volver a ver, pero creo genuinamente, que aquí es donde se encuentra la fuerza del estudio. En la imagen de arriba, podemos ver el monumento que se erigió en Uji, la ciudad donde está ubicada Kyoto Animation. Nos han demostrado su resiliencia, la empatía y la fuerza de voluntad que nos hace quienes somos. Cada proyecto después de este atentado, ha sido una muestra de que, más que nunca, la animación, los personajes, las historias, los fondos, el sonido, absolutamente todo de ahora en adelante, es la voz de un estudio, que nos ha hecho recordar lo que es ser humano. Esto es Kyoto Animation.
ありがとうございます、京都アニメーション.
