Hannah, el cautivador título desarrollado por el estudio mexicano SpaceBoy, ha dado un salto importante. Tras un año de su lanzamiento inicial en Xbox y PC (Steam), el juego finalmente llega a un mercado más amplio, aterrizando en PlayStation y Nintendo Switch. Esta expansión no solo celebra el éxito del juego, sino que también nos invita a revisitar o descubrir esta maravillosa propuesta.

El mundo a través de los ojos de Hannah
La historia principal nos sumerge en los miedos interiores de una niña llamada Hannah, lo que nos obliga a recordar cómo veíamos el mundo durante nuestra infancia: vasto, lleno de problemas y abrumador, mientras nuestra única responsabilidad era ser felices.
El detonante de la trama es la pérdida de su muñeca favorita. La muñeca no es solo un juguete; representa el lugar seguro de la protagonista. Como sucede a menudo con los niños que se apegan a un objeto, la muñeca es un ancla de seguridad en un mundo incierto. La misión del jugador es ayudar a Hannah a recuperar las partes de esta muñeca, buscando restablecer ese sentido de protección.
En el trayecto para recuperar su seguridad, Hannah se encontrará con sus propias pesadillas materializadas. El juego destaca por mostrar la madurez de la pequeña para lidiar con estas visiones aterradoras a través del ingenio y, simultáneamente, comprender lo que sucede a su alrededor en el mundo real.

Estilo visual y jugabilidad
La narrativa visual de Hannah es tan importante como la historia. El juego se presenta con un concepto visual bastante minimalista, lo que permite que la atención del jugador se centre por completo en la historia de la protagonista y en los miedos con los que está lidiando. Este enfoque estético, unido a su atmósfera, convierte a Hannah en una propuesta perfecta para disfrutar durante la temporada de sustos, ya sea Halloween o Día de Muertos.
Hannah y el orgullo de la industria mexicana
Es fundamental destacar el trabajo de SpaceBoy. Este estudio mexicano ha creado una joya que se distingue en el panorama nacional.
Estamos acostumbrados a ver trabajos mexicanos que, aunque son valiosos, recaen a menudo en reflejar el orgullo por las tradiciones mexicanas o en el uso de elementos folklóricos. Si bien no hay nada de malo en ello, el hecho de que SpaceBoy haya desarrollado un juego con una temática universal, que toca miedos profundos y utiliza conceptos ajenos al cliché, demuestra la diversidad de temas que pueden abordarse desde México.
Hannah es una prueba de que el país es una fuerza importante, no solo como mercado para jugar, sino también como un semillero para desarrollar videojuegos de calidad con resonancia global.

Conclusion
Hannah es un título conmovedor y aterrador que ha sido una maravilla técnica y narrativa. Su salto a PlayStation y Nintendo Switch es una excelente noticia. Es una experiencia de reencuentro íntimo con nuestros miedos infantiles, lidiar con ellos usando la madurez de una niña. Es una propuesta cautivadora que vale la pena añadir a tu colección.
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