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Opinión | Géneros y demografías en su relación con los estereotipos

En los últimos años la industria del anime y manga ha aumentado su presencia dentro de la cultura popular a nivel mundial. Y a mayor número de fans, ha surgido una reacción dentro de un sector particular del público (o demografías) en este medio que durante mucho tiempo fue considerado de nicho.

Si bien esta industria en particular cuenta con una gran flexibilidad para ofrecer historias capaces de cautivar a personas de distintos sexos, edades y etnias; las discusiones en redes sociales y foros de internet sobre la supuesta superioridad de un género o demografía de dichos productos ha ido en aumento. Esto más que fomentar el intercambio de ideas, genera una fricción innecesaria entre las y los fans y aleja a cualquier persona que pueda sentirse interesada por alguna de estas historias debido a los prejuicios que surgen a partir de este tipo de discusiones.

De acuerdo con este artículo de Esquire, las historias shōjo son caracterizadas por sus argumentos inocentes de romance y fantasía; mientras que los shōnen contienen grandes dosis de acción y humor. Es a partir de estas ideas donde el sexismo comienza a hacer acto de presencia en la mente de quienes consumen este tipo de productos. Aparecen comentarios como “si trata de amor es de niñas, yo nomás veo seinen violentos y serios porque soy un muchacho maduro”, cuando la realidad es otra. 

Aunque parezcan relacionarse, lo cierto es que la demografía de una obra no tiene porqué indicar la temática o género narrativo de la misma. 

La función de la Weekly Shōnen Jump y otras revistas de manga

Con fines de distribución, el manga se clasifica en función del sector de la población al que es dirigido y para ello se usan los términos japoneses: shōnen, shōjo, seinen y josei

En Japón, una de las revistas más importantes de manga es la Weekly Shōnen Jump, de la editorial Shueisha. En esta revista se han publicado obras como Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba, Dragon Ball, Naruto, My Hero Academia o Jujutsu Kaisen. Está destinada a un público que en escencia es masculino y adolescente, el cual es el significado literal de la palabra shōnen

Weekly Shonen Jump es un ejemplo de publicaciones dirigidas a demografías específicas

La demografía shōjo es dirigida por lo general a mujeres adolescentes y en la que encontramos obras como Sakura Card Captor, Fruits Basket, Soy una Diosa, ¿y ahora qué? o Sailor Moon. Y dirigidas a un público de jóvenes adultos y adultas encontramos las demografías seinen y josei. El seinen, que busca al público masculino, cuenta con obras como Psycho-Pass, Kaguya-sama: Love is War, Akira o Miss Kobayashi’s Dragon Maid; mientras que en el josei encontramos obras como Nana, Paradise Kiss o Revolutionary Girl Utena.

Las historietas y los dibujos animados surgieron como un nuevo medio para narrar historias y enseñar lecciones a niños y niñas. Pero dependiendo de la época encontramos ciertos estereotipos o inclinaciones ideológicas en estos medios. Gutiérrez Fraile (2021) escribe:

A mediados de los 70, comenzaron a emitir producciones japonesas, como por ejemplo Doraemon (1969). De entre todas las series de animación que se realizaban, el 80% eran protagonizadas por hombres. Las mujeres, eran elementos estéticos o un pretexto para reproducir el amor romántico.

Durante gran parte del siglo XX las mujeres aún eran disminuidas por los hombres y conforme la lucha feminista siguió tomando fuerza, los cambios en la posición social de las mujeres como personas fuertes e independientes comenzaron a notarse en los medios de entretenimiento. Fue en las décadas de 1980 y 1990 cuando comenzaron a aparecer obras como Sailor Moon o Revolutionary Girl Utena; historias de chicas fuertes y justas que luchaban por sus ideales.

Entonces el manga shōjo no sólo trata de romance. También puede incluir acción y tener sus propias heroínas. Los mismo pasa en el manga y anime shōnen. Hay un gran abanico de géneros narrativos y temáticas que se pueden tratar, incluido el romance. Según freudchicken en su video sobre la clasificación demográfica y los géneros, un chico adolescente igual se puede ver interesado en una serie manga o anime de romance juvenil dependiendo del planteamiento de ésta, ya que puede apelar a los deseos o fantasías de vivir una situación similar, tal es el caso de The Quintessential Quintuplets y Bokuben: We Never Learn.

Otro fenómeno curioso ocurre con los anime y manga con temática deportiva, como Haikyuu, Slam Dunk o Kuroko no Basket. Estas series se encuentran catalogadas y publicadas dentro de revistas shōnen, pero gran parte de su público son mujeres que se vieron atraídas por los chicos protagonistas o por sus historias tan apasionadas. Lo que nos da a jóvenes mujeres disfrutando plenamente un producto que a primera vista es masculino.

Según la investigación realizada por Azaola Garrido (La ventana, 2009), 24.7% de los alumnos y alumnas de secundaria sufren burlas debido a sus gustos diferentes. Esta investigación no especifica qué tipo de gustos tienen, pero es inevitable pensar que en la posibilidad de que se trate de los estereotipos que cargan al ser varones o mujeres y que si algo no encaja con lo impuesto por la sociedad dentro de estos estereotipos de género serán motivo de burla.

Muchos jóvenes hombres suelen evitar las series que parecen “femeninas” o “poco varoniles” argumentando que prefieren las series maduras y violentas que ellos consideran “seinen”. Pero como ocurre con las otras clasificaciones, el seinen también apela a las necesidades de su público objetivo para tratar de vender su producto. Entonces tenemos series que no encajan precisamente con la idea que tiene el colectivo sobre esta clasificación, como ocurre con Laid-Back Camp o Is the Order a Rabbit?, que como menciona freudchicken en su análisis, son series donde no ocurre nada, solo son divertidas de ver, son relajantes y tiernas; cosas donde un adulto ocupado y estresado por su trabajo u otras preocupaciones puede encontrar un poco de paz.

Conclusión

La clasificación por demografías en la industria del anime y manga es más una herramienta de las editoriales para colocar sus productos en el mercado y una ilusión para la comunidad de fans. Que una historia se dirija a mujeres o varones no la hace más o menos rica como obra; las temáticas o géneros narrativos no son exclusivos de cierta clasificación. Es justo la gran variedad de historias que se pueden encontrar en esta industria lo que la hace tan interesante e incluyente. 

Así como durante la segunda mitad del siglo XX las historietas y series animadas comenzaron con la idea de exponer ideas a las jóvenes mentes, el anime y manga cuentan con el poder y herramientas necesarias para derribar los muros que actualmente dividen a la sociedad criticando y representando la realidad desde la fantasía, inspirando a nuevas generaciones.

Colaboración de: Dani Pendragon.

freudchicken

Editor en Tadaima. Especialista en Estudios sobre Japón. Entusiasta de las historias y sus lenguajes.

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