Marmota¿Qué pasa si metemos un mundo abierto, Instagram y samuráis a la licuadora? La respuesta es Ghost of Tsushima.
El gran lanzamiento de Sucker Punch llegó el pasado 17 de julio y nos ha tomado diez días completarlo. Poco más de 50 horas donde conocimos a Jin Sakai, un samurái que tiene que salvar a la isla de Tsushima de la amenaza mongola y para hacerlo, tendrá que abandonar las enseñanzas y su identidad como samurái.
Ghost of Tsushima tiene paisajes sumamente hermosos, estilizados cuál si fuera una cuenta de Instagram dedicada a vistas del Japón antiguo. Como si fuera una pintura, veremos coloridos fondos donde nos impresionarán las flores y la vegetación; los árboles dorados y rojizos, el caer de las hojas y otra serie de partículas que implementó Sucker Punch, que le brindan gran belleza a algunas secciones. Hay muchos escenarios que nos invitan a tomar una o varias fotografías para conservar ese momento para siempre.
Algunos detalles son increíbles, como los de la armadura de Jin, las texturas de los materiales, los nudos y telas. El tema con Ghost es que hay cosas impresionantes en cuestión de estética, pero detalles en el gameplay que hacen que pareciera que Sucker Punch se preocupó mucho más por crear este look de ensueño que por traer algo nuevo a la mesa de los mundos abiertos.
El mundo es hermoso, pero extrañamente vacío y pequeño. Pocos asentamientos humanos, mucha repetición, misiones secundarias generalmente irrelevantes y una historia tan predecible de inicio a fin que le resta muchísima emotividad a la entrega, pero que se compensa con estilo y gráficos.
Una oda visual para Japón
Ghost of Tsushima es sin lugar a dudas una carta de amor de Sucker Punch a la idea del Japón feudal. En el juego escalarás decenas de templos, numerosos zorros te llevarán a santuarios, te sumergirás en aguas termales con espectaculares vistas, y compondrás algunos haiku inspirado en el entorno. Todo esto es increíble la primera vez; lo malo es que es una mecánica que se vuelve realmente repetitiva y que sólo sirve para llenar un poco el mapa.
Un mundo hermoso…aunque un poquito vacío
Como ya habíamos mencionado, el mundo de Tsushima es hermoso aunque un poco vacío. Hay algunos asentamientos humanos ubicados en templos increíbles, lo malo es que son muy pocos y muy pequeños. En general los humanos se encuentran en granjas o campamentos de supervivientes, y no pareciera existir mucha población. Lo mismo se podría decir de la fauna: siempre encontrarás un oso, un grupo de tres venados, un grupo de tres cerdos salvajes y en sólo algunas zonas determinadas encontrarás un par de impresionantes parvadas.
Lo que más abunda el mundo de Ghost y la travesía son grupos de mongoles (o de ladrones o ronins) a los cuáles puedes derrotar ya sea para robarles su cargamento o para salvar a un habitante de Tsushima.
Lo mejor es el combate, aunque los enemigos no tanto
En Ghost of Tsushima el combate tiene varias modalidades, primero podrás enfrentar grupos de enemigos con el “Stand Off” o encuentros honorables dónde el combate es un secuencia de esperar a ver quién ataca primero. Al principio esto es emocionante, pero ya cuando vas en el stand off 1,500 pierde un poco la gracia.
Otro modo de combate es cuando ingresas a territorio enemigo. Si bien puedes ir de armas tomar y matar a cuanto mongol te encuentres, también puedes optar por el modo de sigilo, en el cuál puedes hacer cadenas de asesinatos, asesinar silenciosamente a tu oponente y pasar inadvertido. La verdad es que la inteligencia artificial de los enemigos no es muy buena que digamos así que te podrán ver, pero con que te ocultes dos segundos no pasará nada. Igual, podrás saltar encima de ellos y los enemigos abajo ni se percatarán de tus andadas.
Los combates uno a uno son, creo yo, lo más destacable. Son encuentros visualmente hermosos, como los de las historias de Legendarias, donde te enfrentarás a enemigos un poco más fuertes. Casi todos tienen técnicas similares, por lo cuál no son muy difíciles de vencer cuando ya tienes dominado el arte de esquivar.
Las habilidades de Jin son variadas; están las poses con la katana, donde cada una te servirá para enfrentar a un enemigo distinto; tenemos las habilidades de “Ghost” dónde usas artilugios cual si fueras ninja; así como añadir armas de largo alcance y de distracción. Esto hace que el combate sea tan variado como tu imaginación y tus habilidades.
Ghost of Tsushima es un buen juego, aunque con sus limitantes
Ghost hace algunas cosas increíblemente bien, pero también carga con los clichés y vicios de este tipo de juegos. Incluso algunos que hasta la misma saga de los Asesinos ha dejado atrás. La estética y el estilo son lo más sobresaliente y no dudamos que puedas perder horas tomando fotografías de sus grandes paisajes. Ya en cuestión de diversión, el juego es entretenido, aunque repetitivo y tiene algunas notas emotivas aunque éstas son contadas. Es emocionante, pero se queda a un paso de ser realmente épico.
La emoción y espectacularidad de la primer batalla no se vuelve a repetir. Por otro lado, la carga emocional es extraña. La mayoría de las misiones secundarias tienen un desenlace trágico, pero nunca se sienten como tal. Del mismo modo el inicio del juego plantea el conflicto de Jin al dejar el honorable camino del samurái por el de un despiadado guerrero. Este conflicto, si bien se menciona varias veces, nunca se siente real ya que tanto Jin como nosotros nos convencemos muy temprano que es lo obvio, y lo necesario para el bien mayor.
Al final del día, Ghost of Tsushima es un juego entretenido, con sus fallas y genialidades; una historia redonda que sin lugar a dudas nos deja con ganas de una continuación. Si algún día quisiste un Assassin’s Creed situado en Japón, es muy factible que te guste Ghost of Tsushima. Igual si eres fanático de Japón y más si te gustan las experiencias de mundo abierto. No es por nada que haya tenido un debut tan exitoso.
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